Comisión Directiva

Asipro

Comisión Directiva 2024 -2026

Secretario General

DR. IVALDI,  Pablo

Secretario General Adjunto

DR. VELASCO, Juan Manuel

Secretario Tesorero

DR. BISCIOTTI, Emiliano

Pro Secretaria Tesorera

DRA. MARKIEVICH, Sandra

Secretario Gremial

y de Organización

DR. ZIVANO, Daniel

Pro Secretaria Gremial

y de Organización

DR. LANDABURU,Fernanda

Secretario de Actas

DR. DE SIO, Juan Pablo

1º Vocal Titular

DR. RAPOSEIRAS, Marcelo

2º Vocal Titular

DR. RUGGERI, Pablo

3º Vocal Titular

DR. PÉREZ MILLÁN, Ramón

4º Vocal Titular

DRA. CASTRO, Paula

1º Vocal Suplente

DRA. IBARRA, Viviana

2º Vocal Suplente

DR. DRUNDAY, Cristian

3º Vocal Suplente

DRA. ICAZATTI, Mariela

4º Vocal Suplente

DR. PENEDO, Santiago

5º Vocal Suplente

DR. QUAGLIO, Ezequiel

Revisores de Cuentas

LIC. ROVIRA, María Fernanda

 

DR. MAMMANA, Luis

 

LIC. DOOLAN, María Alejandra

Historia

El Sanatorio

Sanatorio Municipal Dr. Julio Méndez

HISTORIA DEL SANATORIO MUNICIPAL “DR. JULIO MÉNDEZ”
El Sanatorio Municipal Dr. Julio Méndez está situado en un terreno circundado por las calles Avellaneda, Acoyte e Hidalgo, y fue destinado para tal fin por el intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Sr. Pretiñe, por Decreto del 29/01/1944, para construir un Sanatorio de Clínica Médica, Cirugía, Maternidad y Pediatría, destinado a los obreros y empleados municipales.
Fue inaugurado el 31 de marzo de 1958 por el Intendente de ese entonces Gral. Ernesto Florit siendo su primer Director el Dr. De Bernardis, quien sugirió ponerle el nombre “Dr. Julio Méndez”.
Haciendo un poco de historia, podemos decir que cuando el Concejo Deliberante sancionó la Ordenanza de la creación de Servicio Social, en diciembre de 1993, coronando el esfuerzo de un grupo de trabajadores municipales, se sentaban las bases de lo que sería con el tiempo y a través de una inquebrantable voluntad de trabajo, la Obra Social que respaldaría, en sus partes más esenciales, a aquellos que se desempeñan tareas en el ámbito municipal.
El primer Director del Servicio Social fue el Dr. Miguel A. Caminos.  Tres años después (el 19 de octubre de 1953), se crea IMOSI, Instituto Municipal de Obra Social Interna.  En 1958, el año de la consolidación definitiva, adquiere autarquía y se inaugura imponiéndosele el nombre de Dr. Julio Méndez.
Este abnegado médico cordobés nacido en 1858, se doctoró en la Facultad de Ciencias Médicas en 1884, ganó por concurso la Dirección del laboratorio Bacteriológico de la Asistencia Pública de Buenos Aires, preparó la primera antitoxina antidiftérica en el país.  En 1897 descubrió la vacuna anticarbuncosa para uso veterinario, única en la Argentina.   Paralelamente a su actividad bacteriológica, Méndez desarrolló una función clínica asistencial, hospitalaria y privada.  Sistematizó la técnica nosológica de la exploración física, que constituyó desde entonces “el estado actual de las historias clínicas”.  Gracias a él se desterró para siempre de nuestra medicina  lo que dio en llamar “el ojo clínico”, “la intuición” y “la corazonada”.  El método usado por Méndez está basado en la observación objetiva y en la práctica rutinaria del mismo método de examen técnico, tratando lo más fielmente posible las anormalidades indudables, sin dejarse distraer por sugestiones parciales o por imaginación.  Méndez solía decir a sus discípulos, usando un verso de un famoso poeta latinoamericano, “que hay que hacer trotar al águila”.
Méndez incursionó también en el campo de la política universitaria.  Fue uno de los “rebeldes” de la reforma de 1905 y en ese año renunció a la Cátedra de Higiene.  Junto con Avelino Gutiérrez y Nicolás Repetto encabezó el movimiento tendiente a llevar a la Cátedra de Clínica Quirúrgica a Juan Bautista Justo.
Siendo Decano de la Facultad de Medicina, en 1918 renunció por oponerse al examen de ingreso.  En un dramático testimonio, J. Zimmerman, estudiante de medicina por aquel entonces, así se refiere a su figura: “Méndez se ha ido.  Para nosotros los estudiantes que hemos luchado con tanto entusiasmo a objeto de llevarlo al altositial del Decanato, su renuncia nos ha llenado de melancólica congoja, por cuanto Méndez era, ante nuestros ojos, el símbolo de la nueva escuela en lo que ésta significaba renovación de los viejos valores.  Méndez  era lo mejor de nosotros mismo, nuestro idealismo generoso, palpitante de entusiasmo”.
Después de su renuncia retornó al Hospital San Roque (actual Ramos mejía), donde continuó trabajando y enseñando hasta su jubilación.
Uno de sus discípulos, Niceto Lagarza, refiere que al culminar la insuficiencia cardíaca congestiva que padecía, se acercó a examinarlo, y al comprobar  su estado, se prestó a hacerle una inyección endovenosa, a lo que preguntó: “qué me van a hacer?”  – “una inyección de estrofantina, maestro”, le respondió: “bueno, hágamela para Usted”, al mirarlo perplejo su discípulo, Méndez le añadió esbozando su habitual sonrisa picaresca: “un corazón de 88 años no se cambia con ninguna inyección, mi amigo”.
Julio Méndez, falleció el 8 de agosto de 1947, a los 88 años.